Mi nombre es Carolina López, y hoy me dirijo a ustedes con el corazón en la mano, pidiendo una ayuda vital para mi esposo, José Miguel. Él se enfrenta a un diagnóstico aterrador: sin una operación urgente en su vista, la ceguera es inevitable.
La situación es desesperada, y la urgencia es inimaginable, porque José Miguel ya perdió la visión en uno de sus ojos. Ahora, la enfermedad amenaza con quitarle el único ojo que le queda, sumiéndolo en la oscuridad total. Pensar en él perdiendo por completo el sentido de la vista, en no poder ver más mi rostro, el de sus seres queridos o el mundo que le rodea, es una realidad que nos aterra y que no podemos aceptar sin luchar con todas nuestras fuerzas.
José Miguel no solo es mi compañero de vida; es el pilar de nuestra familia. Su visión, la que le queda, no solo le permite trabajar y contribuir, sino que es fundamental para cada aspecto de su independencia y bienestar.
La operación que necesita es crucial, y el tiempo apremia. Cada día que pasa sin la cirugía es un día en el que la amenaza de la oscuridad total se cierne más cerca. Desafortunadamente, la situación económica en nuestro país hace que conseguir los fondos necesarios sea una tarea casi imposible para nosotros.
Por eso, humildemente les pido su apoyo. Cada contribución, por pequeña que sea, nos acerca un paso más a la posibilidad de que José Miguel conserve su vista y su calidad de vida. No solo estarían donando dinero; estarían donando esperanza, futuro y la capacidad de ver a la persona que amo seguir adelante.
Agradezco de antemano cualquier ayuda que puedan brindarnos. Su generosidad puede hacer una diferencia monumental y cambiar el curso de esta historia para José Miguel, permitiéndole seguir viendo la luz.
Con gratitud,
Carolina López