Hola, mi nombre es Mafiz y con el corazón en la mano quiero contarles la historia de mi papá Armando, un hombre fuerte, luchador y lleno de vida, que hoy enfrenta una de las batallas más difíciles de su vida.
Mi papá tiene 57 años. Es joven, le encanta jugar al fútbol, mantenerse activo y pasar tiempo con nosotros. Siempre ha sido una persona trabajadora, dedicada a su pequeño negocio de imprenta, donde él mismo atendía todo: diseño, impresión y contacto con los clientes. Es alguien que jamás le ha tenido miedo al trabajo duro.
Hace unas semanas, fue sometido a una operación que en principio sería para resolver un problema de próstata. Pero durante la intervención, los médicos encontraron algo que cambió todo: un tumor grande en la vejiga. Luego de varios estudios, se confirmó el diagnóstico que más temíamos: cáncer de vejiga en etapa III, con metástasis en el pulmón y en varios ganglios dentro del área pélvica y abdominal. Además, los médicos determinaron que el nivel de agresividad del cáncer es de 7 en una escala del 1 al 10.
Una de las primeras medidas que los médicos tuvieron que tomar fue realizarle una nefrostomía, un procedimiento en el que se coloca un tubo directamente en el riñón para drenar la orina, ya que el tumor obstruye las vías normales de salida. Es una intervención delicada y dolorosa que afecta profundamente su calidad de vida.
Lamentablemente, esta situación también lo ha alejado de su fuente de ingresos. Su trabajo en la imprenta implicaba estar en constante contacto con solventes y químicos que ahora son peligrosos para él. No puede estar expuesto a estos productos ni realizar esfuerzo físico, lo cual hace imposible que continúe trabajando por ahora.
Los tratamientos que necesita —quimioterapia, estudios, medicamentos y hospitalizaciones— son extremadamente costosos. Nuestra familia está haciendo todo lo posible para cubrirlos, pero la carga es demasiado grande y el tiempo es vital.
Por eso hoy recurro a ustedes, a su solidaridad y a su empatía. Cualquier ayuda, por pequeña que parezca, puede hacer una gran diferencia. Tu donación no solo ayuda a costear un tratamiento, sino que le da esperanza a un hombre que tiene todo por vivir y a nosotros su familia que lo amamos con el alma.
Si no puedes donar, por favor ayúdanos compartiendo esta campaña. Mientras más personas conozcan la historia de mi papá, más cerca estaremos de darle la oportunidad de seguir luchando.
Gracias por tomarte el tiempo de leer, por tu apoyo, por tu energía y por tu corazón.
Con gratitud,
Mafiz Rebollar.